sábado, 17 de julio de 2010

Hola, soy Canela, la compañera de juegos de Guindilla. Aunque me confunden con ella, no me parezco en casi nada. A mi me gusta dormir, comer y de vez en cuando atrapar un bichejo, no como Guindilla, a la que le gusta jugar con una gomilla elástica, bolsas, trepar por los muebles, etc...A mí lo que verdaderamente me apasiona es beber del grifo del baño de mis mamis, sé que a veces soy muy pesada, me puedo tirar horas en el lavabo hasta que me abren el grifo, aunque tenga mi bebedero, pero bueno, para gustos los colores, ¿no?

Tengo cuatro añitos y sí, lo sé, estoy algo rellenita, la señora de la bata blanca a la que visito alguna vez, le ha dicho mi familia que debo adelgazar, es más, una vez mi mami habló con Carlos Rodríguez por la radio, es el señor que habla "Para el perro y el gato" en Onda Cero y aunque siguió los consejos, parece ser que debo ser difícil a la hora de comer, aunque para mí no es dificultad, me lo como todo.

Me llevo muy bien con Guindilla, ¡pero es tan pesada! Cualquier momento le parece bueno para darme unos cuántos lametones y sigue, y sigue...hasta que me harto y es entonces cuando liamos la pajarraca, hasta que no le pego un par de veces, nada, pero bueno, ella es así de besucona. Yo tengo mucho mejor carácter que ella, al menos con las visitas. Soy muy independiente pero a la vez soy de ronroneo fácil, cualquier estímulo que me hacen es suficiente para ronronear.

Llegué a mi familia humana un par de años después de Guindilla y desde el principio me encantó estar con ellos, no tanto como a mi compi, que al principio me tenía enfilada, supongo que porque era la niña mimada. Pero sé que ella me quiere mucho ¡y no os digo mis humanos!
Yo provengo de un escaparate. Por lo visto me parecía tanto a Guindilla que nada más verme no pudieron resistirse a mí. Sé que a mis humanos no les gusta comprar animales, pero según cuentan, no podían dejarme allí tan pequeñita y sola, así que con ellos estoy, feliz.

Os voy a contar una travesura con la que mis humanos se rieron mucho (yo lo veo lo más natural del mundo, no sé a que venía tanta risa): las otras noches atrapé una chicharra, un bichejo volantón que suena mucho con el calor, me tenía un poco harta y en cuanto se quedó quieta la cogí con la boca. Mis humanos no se dieron cuenta de ello hasta que el bichejo empezó a sonar dentro de mi boca y aunque yo no le dí importancia y me paseaba por la casa con mi "sonajero" por lo visto mis humanos alucinaron con mi nuevo "ruido" hasta que comprendieron lo que era. ¡La cara que pusieron cuando la solté en el suelo y salió volando!

En fin, esta soy yo, tengo muchas anécdotas, algún os contaré más. Por hoy creo que es suficiente.

¡Miaus a todos!

1 comentario:

  1. Jajajajaja, me he reido un monton de solo imaginarte con el bichejo en la boca, que risa!!

    Canela, me haces recordar tanto a mi adorada Zoe, dulcisima y gordita, no perdón! no digo gordita digo mejor entradita en carnes. Así era Zoe, cariñosa, dormilona y con una mirada como la tuya que derrite corazones donde sea que se posen.

    Un abrazo!

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