miércoles, 30 de junio de 2010

Hola, soy Guindilla, una gata muy charlatana. Tengo un miau para cada cosa, y puedo ser muy pesada si me lo propongo. Me encanta que me acaricien las orejitas pero no me gusta que me agobien. Tengo un carácter muy particular y con mis mascotas humanas soy muy cariñosa, pero eso sí, sólo con ellos, con los que vienen a visitarlos no me llevo muy bien. Se creen que están en su casa y no se dan cuenta que quien manda aquí soy yo, a excepción de mi mami y de mi compañera de juegos, Canela, pero bueno, ella es muy tranquila y compi, compi, no es a menos que yo la incite a jugar.
Sólo me gusta el pienso y de vez en cuando un poquito de mantecado en Navidad, porque una vez me hicieron probar una rodaja de mortadela (la cual al principio me gustaba) y aborrecí todo aquello que no era pienso, crujiente y con ése sabor tan rico. Pues cómo os contaba, lo aborrecí porque me dio un cólico, y desde entonces no pruebo ni el más exquisito de los manjares humanos.
Me dan asco las hormigas, sólo olerlas y me dan náuseas. Tampoco me gustan muchos los bichejos, aunque los utilizo para jugar, pero como no me comprenden, terminan corriendo y escondiéndose de mi.
El agua, ¡ni bendita! Yo me lavo cada dos por tres y aquí estoy, bien limpia y sedosa (no puedo decir lo mismo de mi colega Canela)
Tampoco me gusta viajar, el sólo hecho de ir en coche al médico, me pone mala, no paro de maullar para que me bajen, pero nada, no suelen hacerme caso, así que termino muy estresada en el médico. Una vez tuvieron la genial ocurrencia de llevarme con ellos (con los humanos que tengo por familia) a Madrid, y en mi vida lo pasé peor. Hasta vomité llegando a Jaén. No sé qué le encuentran los humanos al viajar, ¡con lo mala que se pone una! Cuando llegué a Madrid me lo pasé muy bien, pero madre mía que mal lo pasé, hasta pensaron que me iba a morir por el camino.
Provengo de una familia de gatos numerosa. Mi mamá era Siamesa, de las de verdad, y mi padre seguro que era un fresco callejero, así he salido tan guapa, ¿no creéis? Tenía más hermanitos, pero ya no me acuerdo de ellos y me enteré por casualidad que a mi mamá la envenenaron unos desgraciados humanos. Menos mal que mi familia humana me quiere mucho. Reconozco que estoy muy mimada y consentida, pero ¡así soy yo!
En otra ocasión os contaré más de mi y de mis travesuras, que son muchas.
Miaus a todos

2 comentarios:

  1. Pues cómo tienes razón mi querida Guindilla ¡es que los humanos no saben que en la escala social de la casa primero están los gatos!

    Una preciosa siamesa (yo tengo un macho grandooote y tenia una hembra que era toda una dulsura pero murió en 2008)

    Desde ya te agrego a mi blogroll

    ResponderEliminar
  2. Gracias Mavele por agregarme.
    Siento mucho lo de tu gata. Espero que le encuentres compañera a tu muchachote muy pronto, aunque sé que no se puede sustituir unos por otros, pero al menos no estará solito y aburrido.
    Bss.

    ResponderEliminar